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El conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafa Climent, subrayo ayer que la descarbonización de la economía tiene que verse como una oportunidad, de forma que se generen nuevas actividades y ocupaciones como la economía circular y se alcance un crecimiento sostenible e integrador”.El conseller se manifestó en estos términos durante la inauguración de la jornada “La revolución climática, una oportunidad ineludible”,organizada por la Universitat Politècnica en colaboración con el Instituto Valenciano de Competitividdad Empresarial (Ivace).

En su intervención hizo hincapié en que “nuestro territorio está situado en un espacio geográfico muy vulnerable al calentamiento global y que se puede ver afectado seriamente de ahora a final de siglo, sobre todo en cuanto a la disminución de los recursos hídricos, las sequías prolongadas, la regresión de la costa, y las pérdidas de biodiversidad y de ecosistemas”.

El conseller, quien recordó que la Generalitat declaró el pasado 6 de septiembre la emergencia climática, subrayó que la Generalitat cuenta  con la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía 2030, “un elemento clave para avanzar hacia un territorio más sostenible, a través de la mitigación, la adaptación, y la investigación, sensibilización y cooperación, todo, entendiendo la necesidad de políticas transversales a todas las escalas”.

Climent se refirió igualmente al compromiso de Impulsar la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica en el marco del Plan Nacional Integral de Energía y Clima, para avanzar en la descarbonización y con el objetivo de reducir un 40% las emisiones contaminantes en 2030 y que el 100% de la energía provenga de Fuentes limpias en 2050.

En este contexto, añadió  “la nuestra, va a seguir siendo una apuesta decidida por una política industrial y energética en linea con la nueva Comisión Europea, que tiene que tener al conocimiento, la innovación y la internacionalización como elementos clave para mejorar la competitividad de las empresas.”.

Para Climent, el coste de la energía tiene un papel clave dentro de la competitividad del sector industrial, por lo tanto, la política industrial tiene que ir “ligada necesariamente” a un modelo energético sostenible donde se impulse la transición energética hacia la descarbonización, apostando por la economía circular y la eficiencia energética, a través del fomento de las energías renovables y el autoconsumo.

Ante la emergencia climática y las desigualdades sociales, el conseller sostiene que “toda nuestra máquina económica tiene que orientarse hacia reorientar las actividades económicas y las ocupaciones hacia la economía verde, baja en carbono, que respete los límites del planeta y que también sea útil socialmente”.

En definitiva, tal y como señaló el titular de Economía, se impone una actuación “inteligente” que incorpore las mejores tecnologías y prácticas para hacer viable y asumible el desarrollo sostenible, compatible con el progreso económico.